Bajo Eléctrico

Cómo construir un buen Riff

Sin duda, los riffs, son uno de los elementos de lucimiento del bajista.

Sin duda, los riffs, son uno de los elementos de lucimiento del bajista.
Crear un buen riff depende de muchas cosas, algunas de las cuales no podemos controlar, como el buen gusto o la suerte, sin embargo, si observamos algunos ejemplos y tenemos en cuenta algunos consejos, tendremos más posibilidades de dar con un riff de esos que hacen historia.

Para comenzar, intentemos definir lo que es un riff, concepto ciertamente amplio. Un riff es básicamente una línea melódica de acompañamiento, de uno o dos compases de duración, normalmente tocada por el bajo, y a veces algún otro instrumento como la guitarra.
La característica que lo diferencia de otro tipo de línea es que es repetitivo. Un riff, sería entonces una base de uno o dos compases que se repite constantemente, al menos sobre una parte del tema.
La diferencia de un Riff con un Patrón (hemos hablado en varias ocasiones, en diferentes secciones, sobre los patrones) es que mientras el Patrón va cambiando sus notas (aunque manteniendo el ritmo) para adecuarse a los cambios armónicos, el Riff es estático, y en todo caso será la armonía la que se adapte a él.

Probablemente la mayoría de vosotros habréis al menos oído alguna vez el tema Peter Gun, un tema de Henry Manccini, un popular compositor de bandas sonoras que hiciera entre otras la música de La Pantera Rosa.

Peter Gun fue versionado por numerosas bandas, incluyendo Emerson, Lake & Palmer, o una reciente versión que aparece en el último disco de Tony Levin, “Double Espresso”.
El riff en cuestión, simple, de fácil ejecución, y sin duda el alma del tema, es el siguiente:

Toda la composición se desarrolla sobre este riff, que permanece inalterado durante todo el tema.
Tal vez este Riff, a estas alturas, nos suene un tanto inocente, puesto que tiene varias décadas, sin embargo, aún hoy, funciona y es un buen ejemplo de cómo un riff sencillo y contundente puede ser la semilla de un tema completo.

Los riffs pueden ser de uno o dos compases, pero difícilmente superan esa medida. No se trata de que nadie se haya atrevido a hacer un riff más largo, puesto que sin duda existen, sino que la efectividad del mismo, es decir, su carácter repetitivo, hipnótico, y a veces obsesivo, se pierde más allá de los dos compases.
Aquí tenemos dos ejemplos más de riffs de 1 compás:


O de dos compases:

También de dos compases es el célebre Riff del tema Money, de Pink Floyd, en compás de 7/4

El riff de Peter Gun tiene además la característica de utilizar una cuerda al aire. Probablemente, Henry Manccini, un excelente compositor, habrá tenido en cuenta la afinación del bajo eléctrico al hacerlo.
Aclaremos que utilizar cuerdas al aire no es un requerimiento para crear un riff, simplemente, existen riffs que aprovechan esto para lograr efectos sonoros particulares.
Aquí tenemos otro ejemplo de riff con cuerdas al aire:

Después de ver varios ejemplos, tal vez estéis esperando una serie de consejos prácticos claros y directos, y aquí es donde la cosa se nos complica a nosotros.
Como podréis imaginar, es difícil dar consejos para una actividad creativa, ya que a veces esto podría coartar la inspiración, o poner al trabajo unas reglas y condiciones que a veces no son en absoluto necesarias, sin embargo, intentaremos algunas recomendaciones:

1- Tengamos siempre presente que para hacer un riff no es necesario pensar en un determinado acorde, como cuando hacemos un patrón. Será mejor pensar en alguna escala, o cualquier otra combinación de notas con sentido, y dejar para luego el asunto de los acordes.
Esto por otra parte nos dará mayor libertad general para terminar el tema basado en el riff, ya que no siempre hay acordes presentes en las canciones, aunque estén implícitos.

2- El carácter obsesivo, hipnótico y repetitivo de los riffs no es un defecto, sino una característica,. Si buscamos un riff que no suene repetitivo, probablemente nos alejaremos del concepto de este tipo de línea.

3- El riff puede ser sencillo o complicado independientemente de su calidad. Complicar las cosas no necesariamente desembocará en un mejor resultado, sino que es más probable que suceda lo contrario.

4- Muchos riffs están basados en cuerdas al aire. Sin atarnos a esto, podemos experimentar con las cuerdas al aire y ver qué posibilidades nos dan.

5- Si bien no es necesaria ni deseable una base armónica para crear un riff, siempre será de ayuda una base rítmica, es decir, un ritmo de batería.

6- No desdeñar ideas demasiado rápido. A veces, un riff que en principio parece no tener interés, puede transformarse asombrosamente al tocarlo con una banda e insertarlo como parte de un tema.

Como veis, los consejos que os damos no dejan de ser generalidades, pero que tenidas en cuenta todas juntas, pueden ayudarnos a crear un riff sólido y efectivo.

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