Intentar definir todos los parámetros del Funky, sería como intentar hacerlo con el Rock: existen tantas variantes, sub-estilos, e híbridos, que la tarea nos requeriría al menos varias notas como esta.
Y por otra parte, entraríamos en la tediosa discusión de “qué es Funk y qué no es Funk”, cuestión que atañe más a los musicólogos que a los músicos.
Entonces, sin pretender como decíamos, delimitar el estilo, intentaremos ver algunas cosas relacionadas con él.
De forma prácticamente automática, relacionamos la técnica de slap con el funk. Esto tiene cierta lógica, puesto que es frecuente encontrar temas funk tocados de esta manera, y algunas de las líneas más importantes del estilo la utilizan. Sin embargo, no es condición sin equa non del funk que el bajo sea tocado de slap. De la misma forma, podemos encontrar temas en los que el bajo toca slap, que no podrían ser considerados funk, no porque tengan nada que los excluya, sino muchas veces porque se trata de temas que se encuadran en otro estilo claramente definido, como podría ser el Pop, o el Metal.
De lo que concluimos que si bien el slap es muy frecuente en el funk, no es condición indispensable, ni tampoco debemos considerar a un tema “funk”, por el simple hecho de que el bajista toque slap.
El funk, al igual que la mayoría de estilos, ha evolucionado mucho desde su aparición, y si bien en su origen se podían observar ciertos rasgos comunes, hoy en día las líneas son mucho más variadas y activas.
A esto también debemos sumar el desarrollo que los bajistas han ido haciendo de la técnica.
Mientras hace dos décadas la mayoría de líneas de slap no pasaban de algún patrón con octavas, hoy encontramos verdaderos virtuosos del slap (Alain Caron, Marcus Miller…) capaces de tocar prácticamente cualquier cosa de esta manera, incluidas melodías y solos.
¿Pero qué es lo que hace del slap una técnica tan adecuada para el funk? Simplemente el ritmo.
Si bien no podemos decir que existe un ritmo específico de funk, puesto que hay varios que podrían ser característicos, sí podemos afirmar que se trata de un estilo de ritmos vivos y calientes. Este tipo de rítmica, es muy adecuada para el slap, que permite mucho juego rítmico.
Una línea sencilla como la que ponemos a continuación, sin duda sería enriquecida por el bajista con diversos golpes “mudos”:
Incluso esta otra línea, solo un poco más llena, también podría ser tocada con varios goles de adorno característicos del slap:
Pero para ilustrar mejor lo que comentamos, nada mejor que un ejemplo sonoro. Para ello, he incluido en el CD de este número, el tema “Psicotrop”, que compuse para el grupo “Jazz el Destripador” y que grabamos en el primer disco de esta formación.
Escuchar el tema, al tiempo que vemos la partitura, servirá para comprender perfectamente lo expuesto.
En la primera parte del tema, ya podemos notar unos cuantos golpes no escritos, de carácter más bien rítmico, que enriquecen la línea escrita.
Sin embargo en la parte B, a partir del compás 11, podemos escuchar que esos rellenos son mucho más abundantes, a la vez que la línea escrita aparece más sintética.
Ahora bien, ¿porqué no escribimos esos toques rítmicos? El motivo es que esos rellenos, deben salir de la propia interpretación del bajista. No hay ningún impedimento técnico para escribirlos, ni para leerlos, pero lo más probable es que si intentamos sacar este tipo de cosas de una partitura, acabe sonándonos ortopédico, es decir, poco natural.
No es de importancia vital para el tema que haya unos rellenos u otros, en cambio sí lo es la línea del bajo, por tanto, mientras la línea siga siendo tocada con claridad y contundencia, un tipo de relleno u otro, lo único que hará es marcar la diferencia entre distintos intérpretes, mientras que la esencia del tema seguirá intacta.
El camino para poder hacer de forma más o menos intuitiva estos rellenos, consiste, naturalmente, primero en dominar la técnica. Esto es de vital importancia, puesto que si la técnica no nos responde, seguramente nos resultará imposible tocar muchas cosas que imaginemos.
La otra cosa que deberemos lograr, será entrar en el ritmo del tema. El slap tiene una característica de ejecución, que es la alternancia de los golpes de pulgar e índice. Esta forma de tocar, que se asemeja más a la forma en que se toca un instrumento de percusión que uno de cuerdas (ya que la cuerda se golpea y se pellizca, en lugar de tañerse), debería permitirnos que la mano entre en un movimiento rítmico, cuyo eje será la muñeca (no el brazo, ojo). Si logramos que la mano entre en ese movimiento de forma natural, el secreto consiste luego en cuáles notas sonarán, y cuales serán mudas.
Todo esto requerirá un cierto dominio de la técnica de slap