1. Introducción y objetivos. Definición.
2. Un apunte histórico
3. ¿Qué debe contener un guión?
4. ¿Cómo realizar un guión?
5. Ejemplos
6. Consideraciones finales
1. Introducción y objetivos. Definición.
Este artículo es complementario al siguiente, en el que ya se apuntan diversos tipos de guión y se aborda especialmente desde un punto de vista rítmico.
Por tanto, intentaremos complementar la información con los aspectos que se detallan a continuación:
- Definir qué es un guión y recordar los distintos tipos
- Destacar los distintos usos del guión
- Realizar una breve reseña histórica del guión
- Proporcionar algunas ideas para elaborar un guión
- Ilustrar con algunos ejemplos
Definición: un guión (en inglés “lead sheet”) es una partitura “resumida”.
La cuestión de que sea “resumida” es muy amplia, por contradictorio que pueda parecer; todo va a depender de la función que va a cumplir el guión y del uso que se va a dar al mismo.
Quizá sea oportuno distinguir el guión de una particella (particelle en plural). Cualquier pieza musical, de la naturaleza que sea, puede ser reflejada exactamente en una partitura completa, en la que figuran todos los instrumentos, lo que debe interpretar cada uno y de qué manera. En una orquesta sinfónica, habitualmente, el director maneja dicha partitura completa, pero es muy habitual, a efectos prácticos, que cada instrumentista maneje una partitura en la que figura exclusivamente el instrumento que va a tocar. Esas son las particelle .
También hemos de distinguir el guión de una “reducción”. Muchas veces una composición se arregla para piano solo, o para piano y voz, etc…, de forma que toda la instrumentación se “reduce” al piano.
El guión, sin embargo, es una simplificación más o menos sofisticada, de lo esencial de una composición, de un estándar, canción pop, pieza de jazz, etc… El contenido del guión es muy variable, de acuerdo con la intencionalidad del mismo, como más adelante veremos.
Probablemente, podríamos remontarnos al barroco para encontrar antecedentes del guión. En este período lo habitual era que el acompañamiento de una composición viniera apuntado mediante un cifrado, y era el intérprete el que gozaba de cierta libertad para ejecutar dicho acompañamiento armónico.
Posteriormente, en el clasicismo, resultaría también frecuente que un solista improvisara los solos en los conciertos para piano y orquesta, por ejemplo (Mozart lo hacía sin mayor inconveniente). Esto podía venir condicionado por la premura en tener listas las obras, entre otras cosas.
Pero, en realidad, hemos de dar un salto al siglo XX para llegar a los antecedentes directos del guión. A partir de la década de los 20’s la música popular americana empezó a difundirse cada vez más… Fue una época “dorada” (de los años 20 los 40) en la composición de lo que llegarían a ser estándares… Si a este hecho unimos la Gran Depresión de 1929 (y años posteriores) tenemos el “caldo de cultivo” perfecto para el nacimiento de los guiones (o lead sheets). En aquella época, un músico que tuviera un amplio repertorio tenía más ventajas de ser contratado que otro más limitado. Quizá fue en esos años en los que se germinaron los guiones, como una forma de poder ampliar los repertorios.
Las Tune-Dex cards. A principios de la década de los 40 y coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial, un director de una emisora de radio llamado George Goodwin lanzó las primeras Tune-Dex cards. Se trataba de unas tarjetas con un tamaño manejable (7.6 cm x 12.7 cm), similar a las fichas que se usaban para catalogar libros.
En estas tarjetas se podía encontrar en el anverso la letra, lamelodía y los acordes, y en el reverso información sobre la autoría y copyright:
Goodwin distribuyó sus Tune Dex cards entre los músicos profesionales hasta 1963 de una manera legal, y contribuyó notablemente a que los músicos tuvieran acceso, por una pequeña cantidad de dinero, a los últimos éxitos.
Paralelemante, y por la misma época, empezó a gestarse la idea de los primeros Fake Books. Un Fake Book es una colección de guiones musicales que contenían una mínima información para que el músico realizara su propio arreglo de la canción: letra, línea melódica y acordes. Los Fake Books llevaban implícitos varios problemas:
- Se trataba de una manera ilegal de distribuir la música (fake significa, entre otras acepciones, fraudulento). Con lo cual los autores no percibían remuneración alguna por la impresión y distribución de sus canciones. El FBI determinó en 1964 que “prácticamente todos los músicos profesionales de los Estados Unidos poseían al menos una copia de estos fake books…”
- Los Fake Books llegaron a ser colecciones enciclopédicas de guiones musicales.
- En muchos casos, la información que proporcionaban no era precisa, existían errores en los acordes, o bien por estar basados en transcripciones previas para otros instrumentos (ukelele, guitarra), bien porque no se mostraban las fundamentales de los acordes (inversiones).
Los dos primeros volúmenes de los Fake Books distribuidos en las décadas de los 40s y 50s incluían unas 2000 canciones originales de los años 20 a los 50. El volumen 3 se distribuyó en el año 1961 con unas 500 canciones adicionales. La música de estos tres volúmenes fue fotocopiada o reproducida usando máquinas de escribir. Aunque figuraban los nombres de los autores en muchas ocasiones junto con la melodía y los acordes, en otras sólo se reprodujeron las melodías. Las canciones de estos tres volúmenes fueron indexadas (alfabéticamente y por géneros musicales). Es interesante destacar que a pesar de que estas colecciones eran ilegales, se imprimía información sobre copyright con cada canción, quizá para dar una falsa impresión de legalidad.
En los años 50 aparecieron también dos volúmenes titulados The Modern Jazz Fake Books. En estos casos la música aparecía transcrita a mano y no contenían estándars sino melodías originales escritas y grabadas por músicos de jazz:

A mediados de los años 70, un grupo de musicos estudiantes del Berklee College (Boston) comenzaron a recopilar lo que serían los Real Books. Además de corregir los numerosos errores en las colecciones existentes, incluyeton tanto estándares de las décadas previas como composiciones de autores entonces contemporáneos (Keith Jarret, Herbie Hancock, Chick Corea, Wayne Shorter, Pat Metheny, etc…). Finalmente los Real Books fueron legalizados y constituyen unos de los libros más vendidos del mundo en la actualidad.
En la actualidad, aunque se encuentran disponibles de forma legal y con formatos impresos y audio, conviven con otros libros de canciones de de dudosa procedencia abarcando una multitud de géneros: jazz, música cubana, melodías de música clásica, etc…
3. ¿Qué debe contener un guión?
El contenido de un guión va a depender de la utilidad que se le va a dar.
De cualquier forma, se precisa un cierto nivel para poder sacar partido de un guión, ya que es necesario conocer los estilos musicales, la organización de una partitura, los cifrados armónicos, etc…
Un guión puede destinarse a que un músico realice un arreglo propio, o bien para poder interpretar la pieza y, de este modo, ampliar un repertorio.
Pueden confeccionarse guiones más específicos en los que se detalle el patrón rítmico de percusión, la líniea de bajo, etc… Pero habitualmente, en un guión encontraremos la línea melódica y el cifrado armónico, dejando al intérprete-arreglista el resto de elementos (ritmo, bajo, acompañamientos) que deberán ser acordes al estilo que se indique.
Por una parte el guión debe ser lo más sencillo y claro posible y ocupar el menor espacio posible: un guión de varias páginas no resulta eficaz, mientras que uno en el que tenemos la información en una sola página resulta mucho más manejable.
Por otra parte el guión debe contener toda la información necesaria para ejecutar una pieza de acuerdo a su intencionalidad original, aunque se realicen arreglos sobre ella.
Entre ambos extremos ha de moverse la realización de un buen guión. Por eso es posible encontrar guiones en los que además de la línea melódica (que puede explicitarse para una voz o para varias) y el cifrado armónico, se indique de alguna manera el patrón rítmico y los lugares donde hay “drum fills”, o el patrón de la línea de bajo, cuando estos patrones sean muy característicos. También es posible indicar sobre el mismo pentagrama de la línea melódica partes que realizan distintos instrumentos a modo de contramelodías o armonías que son también características.
Las bases que debemos conocer y dominar para realizar un guión de nuestras partituras son las siguientes:
- Conocimiento del estilo (swing, balada, bossa, latin, etc…..) el cual debe indicarse al inicio del guión, junto con el tempo.
- Conocimiento de la estructura formal de la composición, de sus repeticiones y de los recursos disponibles para indicar dichas repeticiones. En este sentido recomendamos revisar la clase gratuita “Signos de Repetición”
- El cifrado armónico.
- La estructura melódica.
Combinando los elementos anteriores, debemos intentar conseguir plasmar la esencia de la pieza en el menor espacio posible. No existen reglas fijas para hacerlo, pero sí es uno de los elementos más importantes la estructura formal de la composición, ya que la repetición de estructuras armónicas y melódicas nos permitirá simplificar la partitura combinándola con los signos de repetición.
Comencemos con un ejemplo sencillo: una melodía estilo bossa-nova. En este caso, nos interesa dejar claro el estilo, el tempo, la melodía, los acordes, y la estructura general de la pequeña pieza:
- Se ha indicado el tempo y el estilo, lo cual es suficiente para que el acompañamiento (guitarra, bajo y batería) sea acorde a la bossa-nova, dejando libertad de ejecución.
- Se han cifrado los acordes.
- Se ha indicado la línea melódica con algunas anotaciones de dinámica.
- Se han marcado las partes: Intro / Parte A / Parte B / Coda.
- Se ha simplificado la parte B dado que sus tres primeros compases se repiten.
- Se ha continuado indicando que se repite la parte A y la armonía de la introducción, con la posibilidad de añadir cuerdas de apoyo.
- Se ha concluido con el compás final (Coda).
- El resultado es que en media página tenemos un guión de esta pequeña pieza, cuya partitura completa ocupa varias páginas.
En este segundo ejemplo tenemos una estructura más completa. Se trata de una melodía estilo bolero en la que el guión se ha centrado en la melodía y el cifrado de los acordes. La estructura de la pieza es la se refleja siguiendo los signos de repetición:
- Introducción: compases 1 – 4
- Parte A: compases 5 – 11
- Parte A’: compases 5 – 11 + 13 (en los compases 10 y 11 se indica una segunda voz inferior)
- Parte B: compases 14 – 21
- Parte A”: compases 22 – 29 (aunque es similar a la parte A’ se ha indicado al presentar una segunda voz)
- Parte B: compases 14 – 20 (en esta repetición se interpreta a dos voces)
- Coda: compases 30 – 37
- El acompañamiento queda a discreción de los intérpretes de acuerdo al estilo
El guión es una herramienta de mucha utilidad para el músico (compositores, arreglistas, intérpretes, etc.).
Aunque la partitura completa puede ser fundamental en algunos casos, en muchos otros será suficiente con un guión que ocupe un espacio reducido, pero que presente la información básica de la composición.
La elaboración del guión debe ser clara. No existe un modo único de “simplificar” una canción o una pieza musical, pero es preciso encontrar el equilibrio entre los datos que vamos a incorporar y esa claridad.
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