En este espacio explicaremos en, 4 pasos, cómo construir una línea de bajo para un rock, partiendo de una base muy sencilla.
A continuación tenemos una rueda de rock de la más clásica, con el bajo tocando un patrón muy sencillo, compuesto por el arpegio más una nota de paso: la cuarta entre la tercera y la quinta.
Se trata de un patrón de muy poca dificultad que cualquiera podrá aprender sin problemas.
Quienes tengan un poco más trabajada la técnica de mano izquierda, y puedan usar libremente el meñique, ese dedo rebelde, pueden utilizar esta digitación para la parte final:
Quienes puedan acceder a esta digitación, notarán de inmediato lo que sucede: toda la línea se toca en una única posición, dicho de otra forma, ya no es necesario hacer un desplazamiento de la mano para tocar el D7. Evitar siempre que se pueda esos desplazamientos, en el bajo, es valiosísimo.
Con una digitación u otra, el primer cambio que haremos, sumamente sencillo, ya hará que lo anterior, que sonaba a “ejercicio”, se parezca, casi, a una línea:
Se trata solamente de, cuando un acorde se repite, tocar una vez la octava grave de la fundamental, y otra la aguda.
Pero aún no es suficiente para que la línea tenga un poco de interés, ni tampoco, y esto es lo más importante, que nos de posibilidad de jugar un poco con ella.
Ahora introduciremos algunos cambios también sencillos, pero más significativos:
En el compás 4, hemos sustituido el patrón por una bajada hacia el DO del compás siguiente, siempre siguiendo la escala Mixolidia de SOL, que es la que debemos utilizar sobre cada uno de los acordes, siempre a partir de su fundamental.
El
otro cambio, ha consistido en utilizar un cromatismo para
evitar el mal efecto de la repetición de la nota RE:
Estos serán los próximos cambios:
Hemos cambiado de octava el SOL del compás 7, y eso nos ha permitido, en el compás anterior, cambiar el SOL por un FA#, para crear un cromatismo. El mismo recurso que en el paso anterior.
En el compás 8, hemos utilizado también el mismo recurso del paso anterior, para adaptándolo para dirigirse a D7, en lugar de a C7, por eso, después de tocar la tercera nota (MI), no podemos seguir bajando por la escala porque encontraríamos el RE, que es la nota a la que debemos llegar, pero un tiempo más tarde (como primera nota del compás D7), de modo que como cuarta nota de ese compás, solo podemos poner un MIb, que hará de cromatismo hacia el RE.
En los compases de D7 y C7, solamente hemos cambiado de octava la segunda, tercera y cuarta nota del compás, y en el C7, hemos aprovechado la ocasión para hacer un cromatismo (FA#) hacia el SOL, en lugar de repetir nota.
En el último compás, también siempre por la escala Mixolidia (en este caso de RE), hemos hecho una bajada hasta el SOL del comienzo. En este caso, la bajada ha dado la cantidad de notas justa dentro de la escala, y no hemos necesitado recurrir a un cromatismo, pero el cromatismo es un recurso muy interesante, y que aporta mucha elegancia a la línea. Si se desea, puede usarse como última nota del compás el LAb, en lugar del LA, sonará igualmente bien, pero con el efecto más blusero del cromatismo.
Con el paso anterior, tenemos una línea más que aceptable, y podemos empezar a realizar cambios, jugar con ella, tocar unos cambios unas veces sí y otras no, intentar no atarse a una línea específica que vayamos repitiendo una y otra vez (porque eso nos aburre a nosotros y a todos), y a partir de ahí, seguir probando cosas, y sobre todo, improvisando mucho. El objetivo de este tipo de líneas es proporcionarnos una base, y algunos cambios de tipo comodín, que se puedan usar aquí o allá, en función de donde nos vayan bien.
Nosotros mismos podemos construirnos esos comodines, propios, o sacados de cualquier otro músico que nos guste, y utilizarlos para completar nuestro juego, pero para poder jugar hábilmente con estos comodines, tenemos que ser capaces de movernos con soltura, de forma creativa, y siempre con un cierto riesgo: “El que tiene boca, se equivoca”, de modo que si quieres “decir algo”, tendrás que asumir el riesgo de una cosa que inevitablemente pasará: equivocarse.
En el paso siguiente, adicional, simplemente se sugieren unos cambios más con la finalidad de ampliar el repertorio para algunos sitios estratégicos (generalmente el compás anterior al cambio de acorde).
En el caso del compás 4, partimos del SOL, para llegar cromáticamente hasta el LA, pasando por el SOL#, luego desde el SI, llegamos al DO del compás siguiente.
En el último compás, luego de tocar la tercera grave (segunda nota), vamos hacia la quinta, LA, y bajamos, también con un cromatismo, al SOL del principio.
Todos estos cambios, uno a uno, podrás escucharlos en el MIDI con bajo.
Para que puedas tocar encima, el MIDI sin bajo.